Para fortalecer la competitividad en las regiones se requiere la conformación de conglomerados productivos que se especialicen en productos para los que tienen más aptitudes y oportunidades en el mercado. Este proceso debe estar encabezado por el gobierno regional como ente planificador, promotor y articulador de las iniciativas.
El objetivo es establecer una estrategia de competitividad territorial inclusiva y que reconfigure la matriz productiva: priorizar los productos con mayor valor agregado para tener más competitividad en los mercados locales e internacionales.
La principal limitación es que el sistema productivo peruano no garantiza la sostenibilidad de los beneficios del actual boom económico. Si bien es cierto que entre 2000 y 2011 hubo un incremento sin precedentes –las ganancias fueron siete veces mayores– de las exportaciones totales, la mayor parte de la situación se debe a factores exógenos. Fueron los recursos mineros no renovables, ajenos a las políticas del Estado, la clave de esta bonanza.
Pero este boom también da cuenta de que los actividades nacionales son principalmente extractivas y sin valor agregado. El Perú no tiene una política que fomente la investigación, el desarrollo ni la innovación para incrementar la competitividad de las empresas en el mediano plazo.
Las cifras de Mesa PYME muestran que el 99,6% de las firmas nacionales son MYPE, estas producen el 34% del PBI y generan el 62,1% del empleo en el país. Las medianas y grandes empresas son solo el 0,36%, producen el 48% del PBI y generan solo 8,3% de empleo. Llama la atención que las primeras prácticamente no participen en el sector exportador y que los beneficios de éste lleguen sólo a las otras.
En este contexto, Solaris propone incrementar el empleo y los ingresos de las familias mediante la cooperación con los gobiernos regionales para promover el desarrollo económico. La estrategia se sostiene en:
• Diseño, implementación y canalización de recursos para financiar políticas de promoción de competitividad regional.
• Uso de forma efectiva los recursos asignados para la promoción de la competitividad.
• Implementación de organismos en una línea productiva para garantizar el acceso a servicios que canalicen la formación de aglomeraciones productivas.
• Especialización productiva enfocada en las ventajas comparativas y competitivas del territorio.
• Conformación de aglomeraciones productivas locales (APL) para lograr escalas productivas y estándares elevados de calidad a bajos costos unitarios.
Con el desarrollo de este plan se espera un gran impacto en la calidad de la inversión pública y privada de la región.
¿Cuáles fueron los logros?
En 2011, Solaris trabajóen La Libertad y Puno. Los resultados fueron diametralmente opuestos debido a las diferentes situaciones de estas regiones. Mientras que en la primera el nivel de ejecución pública llegó a 55,7%, en la segunda alcanzó apenas el 29,5%, una de las cifras más bajas en todo el país. Lo cierto es que ambas requieren coaching técnico para optimizar el desarrollo de gestión pública y competitividad.
En La Libertad hubo una relación fluida con los funcionarios y gerencias técnicas. S bien hubo apertura de parte de la presidencia regional, hasta finales de 2001 no se concretaron las asignaciones presupuestarias para la implementación de la ECR. No obstante, se avanzó en la estructuración de una plataforma institucional.
En Puno hubo buena recepción de parte de las autoridades políticas, pero la Gerencia de Desarrollo Económico prefirió continuar el trabajo desde su visión y de forma independiente. No obstante, Solaris sostuvo la idea de implementar la ECR y logró que el gobierno regional se comprometa a aportar S/.4 millones para un PROCOMPITE en 2012.